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Lenguaje inclusivo más allá del género

Los términos cambian con el tiempo. Algunas frases lingüísticas que mucha gente utilizaba hace unos años ahora se reconocen generalmente como discriminatorias y pueden evitarse. Entre ellas están los términos despectivos, estereotipados, exotizantes y discriminatorios. Existen buenas alternativas lingüísticas para muchos términos discriminatorios. Sin embargo, las ideas discriminatorias y las frases innecesarias también pueden omitirse sin sustituirlas. Recuerda que el lenguaje es una herramienta de poder: piense qué quiere expresar exactamente y qué formulaciones necesita para ello.

Aquí encontrará una selección de formas de ser consciente de la diversidad en su propio lenguaje y en la selección de textos (didácticos):

En caso de duda, utilice las autodenominaciones recomendadas por asociaciones y grupos de interés en lugar de denominaciones impuestas. Ejemplo: Es recomendable no llamar a las personas
del pueblo Rapa Nui como «pascuenses», pues se trata de una denominación impuesta.

Al hablar y escribir sobre grupos marginados, ocurre que lingüísticamente se pone en primer plano una característica y, por tanto, se descuidan diferentes facetas de las personas y también la heterogeneidad del grupo de personas. Así, por ejemplo, se recomienda utilizar los términos “persona con discapacidad” o “persona en situación de discapacidad”.

Se recomienda nombrar claramente en el lenguaje a los sujetos actuantes, los intereses y los conflictos existentes. También se recomienda dejas claras las autorías de los textos en las bibliografías escribiendo los nombres de pila de quienes los escriben.