Al enseñar, hágalo pensando en a quiénes está destinada la clase, les estudiantes. Usted como docente puede estar haciendo suposiciones, por ejemplo, sobre si les estudiantes pueden leer y entender textos escritos en otra lengua que no sea castellano; da por sentado que hay algunos conocimientos previos que ya están adquiridos o que aún faltan. De la misma manera, también puede considerar si les estudiantes experimentaron racismo, sexismo u otras formas de discriminación, o puede hacer presuposiciones sobre su edad promedio.

Sus presuposiciones —sea usted consciente o no de ellas—, confluyen en su concepto de enseñanza y en la interacción durante el curso, y forman parte de la decisión de si se deshacen/crecen o no/si sale bien, o no. Que usted se vuelva más consciente de estas suposiciones puede llevar al “éxito” de su curso. También puede ser determinante que durante el curso no profundice sobre ciertos prejuicios y que su enseñanza se vuelva mejor y más inclusiva. Reflexionar acerca de sus suposiciones sobre el grupo destinatario desde una perspectiva de género y diversidad le puede ayudar a ahondar de forma más apropiada en las necesidades de aprendizaje y en las diferentes experiencias de les estudiantes, así como a tratarles de forma igualitaria y justa.

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