La enseñanza con perspectiva de género y diversidad significa aprovechar la diversidad de estudiantes y docentes, sin que esta diversidad implique desventajas, así como también eliminar la discriminación y la desigualdad. En lugar de despreciar la diversidad, se deben visibilizar los puntos fuertes de todes les involucrades.

En efecto, la Ley General de Igualdad de Trato propuesta por el Ministerio de Justicia alemán (Allgemeines Gleichbehandlungsgesetz – AGG) menciona seis categorías según las cuales ninguna persona debe ser discriminada: “debido a la raza o por motivos de origen étnico, de género, de religión o de ideología, una discapacidad, debido a la edad o la identidad sexual”. Muchas instituciones incluyen también el origen social. En última instancia, no son características individuales o la pertenencia a un colectivo lo que lleva a las personas a discriminar, sino mecanismos sexistas, racistas, clasistas, entre otros, que existen en la universidad y en la sociedad, y que cargan de significado estas características.

La diferencia entre estas perspectivas se vuelve evidente cuando, por ejemplo, al abordar el tema de la migración forzosa durante el holocausto, se deja de escribir que hubo personas que tuvieron que abandonar Alemania porque eran judías, sino que tuvieron que abandonar Alemania a causa del antisemitismo que cada vez se convertía en un mayor peligro para ellas. Cuando una mujer no es tomada en serio al dar una ponencia, esto no se debe a su condición de mujer, se debe al sexismo generalizado. Cuando una persona cuyos padre y madre no fueron a la universidad tiene menos posibilidades de obtener una cátedra docente en una universidad, la causa no es la formación de esa persona, sino estructuras elitistas del desarrollo profesional.

Es necesario generar conciencia sobre estos mecanismos estructurales, tematizarlos y modificarlos a través de la enseñanza con perspectiva de género y diversidad, para que todes les actuales y futures estudiantes tengan un paso por la universidad lo más libre de discriminación posible, independientemente de las “características”, las experiencias individuales y la pertenencia a colectivos. La enseñanza con perspectiva de género y diversidad, por lo tanto, no se dedica (únicamente) a la situación de cada estudiante de forma individual, sino especialmente a las circunstancias estructurales que en primer lugar posibilitan experiencias de discriminación y de exclusión.

Los factores estructurales suelen quedar fuera de la esfera de influencia de les docentes. Es más fácil cambiar el comportamiento propio, si quien ejerce la docencia tiene la intención y, también, las posibilidades de tiempo y lugar para hacerlo.

Más al respecto en: Contenidos de la enseñanza y del estudio (en inglés)

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